La Relatividad y la Alquimia

Que el tiempo es relativo es algo que todas las personas experimentan desde edades muy tempranas. Técnicamente, un minuto siempre dura lo mismo pero, cuando estás en el recreo y comparas ese tiempo con lo que dura una clase, te das cuenta de que hay minutos que duran mucho y otros muy poco.

Aplicar este mismo concepto al espacio es más difícil porque, por más que la maleta se haga y deshaga cien veces, nunca caben todos los zapatos que necesitas para las vacaciones, ni todos los bañadores, ni todos los libros. Y, sin embargo, en el Jaume I un año más ha vuelto a pasar. Un aula es un espacio cerrado, dentro de un colegio –igualmente acotado- cuyas dimensiones a priori son inalterables. Una estructura perfectamente delimitada en la que las maestras y maestros ha metido África entera: todo el continente, toda su gente, todas sus religiones y creencias, todos sus tesoros y esperanzas. Al principio del curso, el aula es un lugar concreto en el mapa que se ensancha y convierte en un mundo cuando eres maestra/o y sabes cómo llenarlo.

Y cuando estamos a punto de enfilar el camino hacia ninguna parte y de dejar el reloj en casa, vuelve a visitarnos Xolaka y descubrimos que, sí, los materiales tienen las propiedades que no habían explicado pero que el arte es valioso porque es Alquimia y las altera y convierte unos materiales en otros. Cuando Xolaka las mira, descubrimos que las paredes son, además de altas y anchas, profundas; que el cemento se convierte en bosque, que podremos hablar y jugar a la sombra de los árboles, al cobijo de un espíritu de la sabana que nos mira amable. Wangari Maathai.

Gracias, Jaume I, por agitar las mañanas de tantas familias –“¡Venga, venga, venga!”- y por hacer el mundo más grande.

Gracias, Xolaka por volver a casa. El Arte fuera de la Academia dignifica lo que toca, nos ayuda a pensarnos a nosotros mismos, a no conformarnos. La dignidad del espacio público es necesaria y es posible.

Felices vacaciones. AMPA Jaume I.

P.Y.